Revisión Oficial

Una de las claves para asegurar el futuro de nuestro coche es su frecuente revisión. Especialmente en épocas como el otoño, donde el automóvil ha estado expuesto durante meses al calor y a las altas temperaturas del verano, dejando huella en su funcionamiento. Las revisiones periódicas del vehículo están estrechamente vinculadas a la seguridad en nuestros trayectos.

El fabricante de cada vehículo establece un periodo máximo en el que hacer una revisión para preservar la garantía de la marca y el funcionamiento del automóvil. Este periodo viene determinado en función del kilometraje o del tiempo transcurrido desde su primera matriculación. Según Euromaster, una red de servicios de neumáticos y mecánica rápida en Europa, en el caso de la primera revisión, la media se sitúa en torno a los primeros 15.000 kilómetros o tras el primer año de uso.

Piensas que al comprar un coche nuevo, este está preparado para recorrer kilómetros y kilómetros. Al ser de “estreno”, te olvidas de que debes tener en cuenta aspectos importantes del vehículo para lograr un buen funcionamiento. ¿Cuándo es recomendable pasar la primera revisión del coche? A pesar de que las revisiones suelen venir marcadas por el fabricante, hay dos situaciones en las que se recomienda la revisión del vehículo.

• Cuando se han recorrido los primeros 15.000 kilómetros. Un número aproximado en el que se puede intuir que algunas partes del coche han sufrido desgaste.

• Tras el primer año de utilización. Un tiempo estimado para pensar que mantener tu vehículo a punto es importante, sin tener en cuenta los kilómetros realizados.

En la primera revisión oficial del coche se realiza un examen completo en las zonas que más averías podrían acarrear o que pueden haber sufrido algún daño de forma prematura. En Talleres Batista revisaremos lo siguiente:

• Sistema de frenos: el disco, las pastillas de freno, que todo esté correcto para tu seguridad.
• Níveles de líquidos:→ revisar el aceite, el refrigerante, el agua de los limpiaparabrisas, el líquido de frenos y el líquido de dirección.
• Batería: comprobar el estado de la batería ante cualquier fallo.
• Filtros: que estén limpios para asegurar la duración del motor.
• Neumáticos y amortiguadores: estén en correcto estado para su circulación y adherencia al asfalto.
• Luces y escobillas: funcionen de manera adecuada para evitar peligros y averías.